martes, 1 de julio de 2014

Como curar la alergia desde las emociones.




Como curar la alergia desde las emociones.

“Lo que para unos es comida para otros es amargo veneno”
 Lucrecio

La alergia como alerta

En forma breve la alergia se puede definir como una reacción exagerada o la hipersensibilidad del cuerpo y en especial del sistema inmunológico a un elemento externo con el cual se tiene contacto físico  (se ingiere,  se absorbe a través de la respiración, se toca, etc.) Por lo general el elemento externo o alérgeno no causa reacción nociva en la mayoría de las personas ya que no representa en sí un factor de riesgo a nivel médico.

Entonces sobreviene la pregunta: ¿Por qué aquello que no afecta en absoluto a los demás me afecta en particular a mí?  ¿Por qué la leche, el polen, el polvo, etc. tienen la facultad de afectar mi condición de salud de una forma exagerada y violenta, siendo que para el resto de la gente esto es tan inofensivo  como el aire que respiro? 

La respuesta a estas inquietudes puede estar en el funcionamiento de nuestra mente más específicamente a la parte correspondiente a la memoria. Hay estímulos de nuestro entorno que generan en nosotros reacciones automáticas de alerta como por ejemplo: la aparición sorpresiva de  fuego, la exposición de sangre, percibir un movimiento o ruido en la oscuridad en un lugar desconocido, etc.

Gran parte de nuestra supervivencia como especie humana la debemos en principio a este tipo de memoria de alerta que nos permite anticiparnos inconscientemente, bien sea en fracciones de segundo, a situaciones de riesgo o peligro para de esta forma alistarnos a actuar en consecuencia como lo ameritan las circunstancias.

Cuando nuestros sentidos identifican un estímulo que en anteriores ocasiones pudo haber significado problemas para nuestra integridad,  inmediata e inconscientemente se produce una asociación entre lo que percibimos (olores, sensaciones, evidencias, etc.) y lo que puede ocurrir en la inmediatez, de tal forma que un olor fétido o nauseabundo, por ejemplo, nos obliga a tomar distancia del sitio donde se origina ya que inconscientemente asumimos que esto puede representar una amenaza para nuestra propia vida (un cadáver, sustancias o elementos contaminantes, etc.).

Los cuadros de alergia por lo general se manifiestan sobre sustancias inofensivas para la mayoría de la población y por tanto usualmente no generan ningún estímulo de alerta. Sin embargo, lo que la mente busca a través de la alergia es también poner en guardia y alertar sobre una posible situación de riesgo y amenaza que ha quedado grabada en nuestro inconsciente. 

Es decir, lo que la mente inconscientemente realiza es asociar la presencia de una sustancia o elemento en el ambiente con algún evento traumático que nos ha sucedido con anterioridad. El inconsciente enlaza las circunstancias del entorno con el evento que ha causado fuerte impresión en nuestra psiquis, así la próxima vez que se perciba este elemento “casual” cerca o en contacto con nosotros, la reacción violenta y exagerada de nuestro cuerpo nos indicará que en el pasado en presencia del mismo elemento  sucedió un evento traumático que trastocó nuestro estado emocional y anímico de sobremanera y que por tanto conviene estar alerta.

Por tanto, cuando nos enfrentamos a una reacción alérgica primero que nada vaya al médico especialista y siga sus prescripciones, esto  nos evitará muchos inconvenientes a nivel de salud. Simultáneamente hagamos el ejercicio psicoterapéutico de tratar de comprender qué es lo que la reacción alérgica le está alertando, qué recuerdo impactante está trayendo  a su presente a modo de precaución porque desde la perspectiva emocional la alergia es una alerta inconsciente y defensiva de nuestra mente.

“y es que si eso me hubiera pasado ahora, todo sería diferente”

Cuantas veces no hemos dicho esta misma expresión cuando la experiencia o el balance de algún suceso nos es adversa o no del todo satisfactoria; pues bien precisamente ahí está la clave para superar no solo la alergia sino varias de las enfermedades que nos aquejan.

De lo que se trata es de entablar un dialogo con la propia alergia de forma directa.  Sacar en claro qué elemento es lo  que nos causa la reacción alérgica, a veces esto  no es tan evidente como puede parecer, requiere algo de observación y atención  paciente por parte del propio paciente y tampoco puede significar una prolífica lista de sustancias o compuestos prohibidos, todo lo contrario la reflexión nos ha de conducir a la simplificación en cuanto a lo que nos hace daño.

Un ejercicio inicial que ayuda a superar los cuadros alérgicos consiste en recordar la última vez que ingirió aquel producto  que se volvió nocivo pero que en esa ocasión no generó una reacción perjudicial en usted.  Si logramos ubicar en nuestra mente esa ocasión en que aun aquel producto no me hizo daño, posiblemente podamos encontrar el momento preciso y las circunstancias emocionales que propiciaron la gestación de la alergia en mi ser.

Cuando tenga ese cuadro plenamente identificado corresponde descomponer la escena en sus unidades constitutivas lo que no es otra cosa que determinar las personas asistentes, la conversación sostenida o la discusión desencadenada, la reacción o conducta imprevista de alguno de los presentes, los sentimientos y las sensaciones que emergían en su interior, entre otros aspectos de importancia para de esta forma esclarecer el componente emocional que propició la alergia en su inicio.

Con este insumo en nuestra conciencia posteriormente viene una práctica psicoterapéutica la cual consiste en recrear y escenificar con la mayor realidad posible ese cuadro traumático anteriormente descrito, en lo posible trate de estar con las mismas personas, en el mismo lugar, la misma comida y bebida, hablando del mismo tema y en general repitiendo aquel suceso, como si nos devolviéramos en el tiempo.

 Lo único que debe cambiar en esa puesta en escena es su propia actuación la cual esta vez debe ser a consciencia, serena, meditada y por encima de todo de acuerdo a lo que dicta su corazón. Diga lo que no dijo en aquella ocasión, haga lo que no hizo esa vez, de esta forma, estaremos reprogramando la asociación inconsciente del trauma con los elementos circunstanciales del evento, en especial todo aquello que perciben nuestros sentidos y de  entre éstos el elemento convertido en alérgeno. 

El objetivo es enviar una señal directa a nuestro inconsciente de levantar esa alerta de alergia  por medio de una reprogramación mental que lo que  busca es intentar deshacer el trauma que ha originado todo este conflicto. Después de hacer todo lo anterior, intente con suma precaución tener contacto con el elemento alérgeno, de una forma progresiva, dosificada de tal manera que usted esté totalmente consciente de lo que está haciendo.

En este punto lo más recomendable es que alguien al tanto del proceso de curación en el que usted se ha encaminado lo asista en el proceso de acompañamiento necesario para volver a tener contacto con el alérgeno, una persona que al igual que usted sepa del proceso de sanación emocional que está llevando a cabo para graduarle y guiarle en la toma de conciencia y la recuperación de la confianza necesaria.

Inquietudes
Si ojala quedaron dudas e inquietudes a partir de esta lectura no dudes en contactarme.

Manuel Arévalo
Mail: psicoregeneracion@gmail.com
Tel. 628 1706 – 301 509 8068.


Minuto 16: Explicación desde la Biodescodificación




martes, 3 de junio de 2014

Dolor de Espalda ... y que tanto cargas encima?



Dolor de Espalda … y que tanto cargas encima?

“Nadie se nos montará encima si no doblamos la espalda.”
Martin Luther King

Todas las enfermedades llámese gripa, gastritis, migraña, cáncer o cualquier otro malestar del cuerpo tienen su origen en un conflicto emocional.  Cuando damos paso a sentimientos y/o  emociones negativas para nuestro estado anímico, inmediatamente generamos una reacción interna que no solo se queda en la tristeza, la depresión o el dolor que podamos sentir, también se producen reacciones fisiológicas en nuestro cuerpo que actúan en consecuencia a las emociones que experimentamos.

La razón para que ello suceda es la fuerte conexión existente entre corazón, mente y cuerpo.  Todo lo que pensamos, decimos, sentimos, hacemos, etc. genera reacciones en nosotros mismos que en algunos casos son evidentes y en algunos no somos conscientes o no logramos comprender.

Un problema emocional representa todo un desafío para nuestra mente inconsciente quien es la que primero intentará solucionar el problema fisiológicamente y hará uso de estos medios de la mejor forma posible.  Sin embargo, es muy probable que en su intento por remediar las cosas, el inconsciente  genere afecciones que si bien no resuelven el conflicto emocional si dan indicios de lo que nos puede estar afectando a nivel psíquico.

La espalda junto con los hombros son las zonas de nuestro cuerpo que más eficientemente soportan y pueden mantener sobre sí  peso considerable incluso por encima de lo que pueden levantar nuestros brazos, por ejemplo el diseño de los morrales y maletines tiene muy en cuenta esta condición funcional para transportar cosas más cómodamente.

Incluso expresiones usuales como: “la cruz que llevo a cuestas” o “ponerle el hombro al tema” hacen eco de la noción de que la espalda es la que mejor soporta el peso excesivo en nuestro cuerpo. Así mismo, al ver una persona  de ancha espalda se tiene la idea de que es una persona de fuerza y resistencia por encima del promedio tal que puede cargar cosas muy pesadas (v.g. pesistas, atletas, etc.) 

Cuando una persona recibe un peso excesivo por encima de sus capacidades, por lo general la espalda es la parte primaria en resentirse. Pero ello no se reduce solamente al plano físico, mucha gente sometida a fuertes presiones laborales y cargas de trabajo muy estresantes, también reportan el padecimiento de agudos dolores de espalda que frecuentemente se vuelven incapacitantes y hasta crónicos.

Es como si la mente resintiera por igual en la espalda tanto el peso físico como también las cargas emocionales. Esto se explica en gran parte por el funcionamiento reactivo de nuestra mente que ante cualquier estímulo del medio busca actuar lo más adecuado y en concordancia posible con lo que percibe del entorno. No importa que los compromisos económicos o las metas a nivel profesional no sean pesos tangibles como  bultos de papa o cemento, la mente los asumirá como de una misma naturaleza: “cargas para nuestra vida”.

Por tanto la próxima vez que soporte un dolor de espalda revise bien si ello corresponde a un problema de posturas al sentarse o mientras está trabajando, quizás puede obedecer a un movimiento brusco que resintió alguno de los músculos o tejidos estructurales. Pero principalmente haga simultáneamente un ejercicio autorreflexivo sobre cuales son las cargas que lleva a cuestas: personas, compromisos, las metas asignadas o autoimpuestas laboral o profesionalmente, etc.
Posteriormente haga una pausa y medite de qué forma puede sino deshacerse si por lo menos reevaluar la carga que lleva sobre sí, como puede reasignar en usted y con quienes le rodean el peso excesivo que ha cargado hasta el momento y del cual posiblemente no todo debe ser responsabilidad suya.   

La hora del Cambio

También puede suceder y es lo más frecuente  lastimosamente, que Usted comparta gran parte o algo de lo que dice este escrito pero que igual, no haga nada por cambiar su situación de vida y siga haciendo las mismas cosas de siempre y cargando y asumiendo los deberes y responsabilidades de otros o dejando que otros impongan metas excesivamente arbitrarias en su desempeño laboral quizá renegando de su propia situación pero al final poniendo de lado su dignidad y aceptando con sumisión la carga impuesta.

Es probable que sin necesidad de hacer nada distinto en su vida, encuentre en la medicina tradicional y en los fármacos alivio a sus enfermedades,  pero también es probable que otros trastornos físicos aparezcan  posteriormente como prueba de que aun el conflicto emocional no ha sido resuelto definitivamente.

La opción planteada aquí no es otra que la de intentar los cambios sustanciales en la propia vida de tal forma que le enviemos mensajes claros y manifiestos a nuestro cuerpo y a nuestra mente que sí, que si estamos dispuestos a transformar nuestra existencia y que para este caso en particular, la carga que llevaremos sobre nosotros será aquella con la que nos sintamos en condiciones de sobrellevar cómoda y libremente.

Inquietudes
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Manuel Arévalo
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lunes, 12 de mayo de 2014

Orzuelo o la Irritación por lo que vemos



Todas las enfermedades llámese gripa, gastritis, migraña, cáncer o cualquier otro malestar del cuerpo tienen su origen en un conflicto emocional.  Cuando damos paso a sentimientos y/o  emociones negativas para nuestro estado anímico, inmediatamente generamos una reacción interna que no solo se queda en la tristeza, la depresión o el dolor que podamos sentir, también se producen trastornos fisiológicos que alteran el normal funcionamiento del Sistema Inmunológico o de Defensa dando vía libre a las enfermedades.

La razón para que ello suceda es la fuerte conexión existente entre corazón, mente y cuerpo.  Todo lo que pensamos, decimos, sentimos, hacemos, etc. genera reacciones en nosotros mismos que en algunos casos son evidentes y en algunos no somos conscientes.

Por ejemplo, cuando somos testigos de algo que nos sorprende o espanta una de las primeras reacciones será abrir los ojos al máximo como un mecanismo de alerta para nosotros mismos. Quizá también nos frotemos los ojos como gesto inconsciente de que dudamos de lo que estamos presenciando y necesitamos limpiar nuestros ojos para no equivocarnos. 

Si en dado caso, lo que vemos se convierte en una amenaza para nosotros mismos, entonces puede que nuestro ritmo cardiaco se altere, la sudoración comience a incrementarse y en general nuestro cuerpo comienza a generar reacciones internas ya sea para defendernos o para salir huyendo. Todo esto puede ocurrir en pocos segundos y por lo general no somos conscientes de ello.

Así mismo, puede ocurrir que algo que veamos de repente y sorpresivamente nos evoque recuerdos o pensamientos que pueden en un momento dado ponernos en un estado de nostalgia, ansiedad o entusiasmo y cuando uno comienza a preguntarse porque mi estado emocional cambió de un momento a otro,  quizá no recordemos conscientemente que fue aquello que vimos lo que pudo desencadenar este cambio de humor repentino. 

De esta forma pasamos de reacciones puramente físicas al ámbito anímico y emocional.

La definición médica de orzuelo es que es una inflamación rojiza que se produce principalmente por infecciones u obstrucción en las glándulas ubicadas en la línea exterior de los parpados.  Para la Medicina Psicosomática, las inflamaciones son manifestaciones físicas de algo que nos indispone, en este caso de algo que estamos viendo y que altera nuestro estado emocional. 

No solo el estómago es el único órgano de nuestro cuerpo que se indigesta ante una comida pesada o descompuesta, también los órganos de los sentidos tienen la capacidad de indigestarse y en este caso específico la indigesta se manifiesta en eventos como los orzuelos o la conjuntivitis. Lo que vemos no nos agrada o sencillamente lo rechazamos.

Si el orzuelo se ubica en el ojo derecho, éste muy posiblemente corresponda a estímulos que están afectando nuestra capacidad lógica de pensamiento, de interpretación de la realidad, de la forma en que nos expresamos ante los demás.

Por el contrario si se ubica en el ojo izquierdo, corresponde a la parte de nuestro cerebro que maneja todo lo concerniente a emociones, sentimientos y a aquello que nos permite estar ubicados en el mundo y en general en nuestra vida. 

Así mismo, si el orzuelo genera visión borrosa confirma el hecho que lo que estamos  contemplando no es de nuestro agrado por el contrario nos produce indisposición,  nuestra mente sabiamente busca aliviar este cuadro negativo que vemos y trata de poner un velo para que ello no nos afecte tanto o por lo menos tengamos la necesidad de hacer una pausa a nuestra visión.

El hecho de que un síntoma o enfermedad dure mas de lo que en promedio debe durar, pese a los tratamientos, indica que no es un tema solo físico, en el fondo hay un componente emocional que lo determina en sobremanera.  En la medida que se pueda dejar en claro, tomar conciencia y superar el conflicto anímico y emocional, la enfermedad podrá ir cediendo y finalmente superarse.

También puede suceder que gracias a los fármacos y/o procedimientos médicos, la afección pueda ser resuelta, sin embargo esto solo será cuestión de tiempo para que el estrés emocional se manifieste en nuestro cuerpo en otro síntoma o enfermedad.

Terapia de Curación Física y de Sanación Emocional

La terapia de curación física tiene como objetivo que todo aquello que afecta nuestra salud tiene dos componentes uno netamente físico del que se ocupa la medicina, el otro es la dimensión emocional  que lo trabajamos con Terapia de Sanación Emocional.

Si usted se siente enfermo vaya al médico,  vea el especialista, siga el tratamiento y las prescripciones.
Simultáneamente, Usted puede hacer un trabajo de toma de conciencia para determinar el origen emocional de la enfermedad; así mismo dejar en claro el conflicto emocional que genera para Usted la circunstancia que está enfrentando y a partir de ahí, tomar la determinación de hacer algunos cambios y transformaciones en su vida (pensamientos, expresiones, palabras y actuaciones) de cara a superar el conflicto y restaurar su salud física y emocional.

Manuel Arévalo
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