Dolor de Espalda … y
que tanto cargas encima?
“Nadie se nos montará encima si no
doblamos la espalda.”
Martin Luther King
Todas las enfermedades llámese gripa, gastritis,
migraña, cáncer o cualquier otro malestar del cuerpo tienen su origen en un
conflicto emocional. Cuando damos paso a
sentimientos y/o emociones negativas
para nuestro estado anímico, inmediatamente generamos una reacción interna que
no solo se queda en la tristeza, la depresión o el dolor que podamos sentir,
también se producen reacciones fisiológicas en nuestro cuerpo que actúan en
consecuencia a las emociones que experimentamos.
La razón para que ello suceda es la fuerte
conexión existente entre corazón, mente y cuerpo. Todo lo que pensamos, decimos, sentimos,
hacemos, etc. genera reacciones en nosotros mismos que en algunos casos son
evidentes y en algunos no somos conscientes o no logramos comprender.
Un problema emocional representa todo un
desafío para nuestra mente inconsciente quien es la que primero intentará
solucionar el problema fisiológicamente y hará uso de estos medios de la mejor
forma posible. Sin embargo, es muy
probable que en su intento por remediar las cosas, el inconsciente genere afecciones que si bien no resuelven el
conflicto emocional si dan indicios de lo que nos puede estar afectando a nivel
psíquico.
La espalda junto con los hombros son las zonas
de nuestro cuerpo que más eficientemente soportan y pueden mantener sobre
sí peso considerable incluso por encima
de lo que pueden levantar nuestros brazos, por ejemplo el diseño de los
morrales y maletines tiene muy en cuenta esta condición funcional para
transportar cosas más cómodamente.
Incluso expresiones usuales como: “la cruz que
llevo a cuestas” o “ponerle el hombro al tema” hacen eco de la noción de que la
espalda es la que mejor soporta el peso excesivo en nuestro cuerpo. Así mismo, al
ver una persona de ancha espalda se
tiene la idea de que es una persona de fuerza y resistencia por encima del
promedio tal que puede cargar cosas muy pesadas (v.g. pesistas, atletas, etc.)
Cuando una persona recibe un peso excesivo por
encima de sus capacidades, por lo general la espalda es la parte primaria en
resentirse. Pero ello no se reduce solamente al plano físico, mucha gente
sometida a fuertes presiones laborales y cargas de trabajo muy estresantes,
también reportan el padecimiento de agudos dolores de espalda que
frecuentemente se vuelven incapacitantes y hasta crónicos.
Es como si la mente resintiera por igual en la
espalda tanto el peso físico como también las cargas emocionales. Esto se
explica en gran parte por el funcionamiento reactivo de nuestra mente que ante
cualquier estímulo del medio busca actuar lo más adecuado y en concordancia posible
con lo que percibe del entorno. No importa que los compromisos económicos o las
metas a nivel profesional no sean pesos tangibles como bultos de papa o cemento, la mente los asumirá
como de una misma naturaleza: “cargas para nuestra vida”.
Por
tanto la próxima vez que soporte un dolor de espalda revise bien si ello
corresponde a un problema de posturas al sentarse o mientras está trabajando, quizás
puede obedecer a un movimiento brusco que resintió alguno de los músculos o
tejidos estructurales. Pero principalmente haga simultáneamente un ejercicio
autorreflexivo sobre cuales son las cargas que lleva a cuestas: personas,
compromisos, las metas asignadas o autoimpuestas laboral o profesionalmente,
etc.
Posteriormente haga una pausa y medite de qué
forma puede sino deshacerse si por lo menos reevaluar la carga que lleva sobre
sí, como puede reasignar en usted y con quienes le rodean el peso excesivo que
ha cargado hasta el momento y del cual posiblemente no todo debe ser responsabilidad
suya.
La hora del Cambio
También puede suceder y es lo más frecuente lastimosamente, que Usted comparta gran parte
o algo de lo que dice este escrito pero que igual, no haga nada por cambiar su
situación de vida y siga haciendo las mismas cosas de siempre y cargando y
asumiendo los deberes y responsabilidades de otros o dejando que otros impongan
metas excesivamente arbitrarias en su desempeño laboral quizá renegando de su
propia situación pero al final poniendo de lado su dignidad y aceptando con
sumisión la carga impuesta.
Es probable que sin necesidad de hacer nada
distinto en su vida, encuentre en la medicina tradicional y en los fármacos alivio
a sus enfermedades, pero también es
probable que otros trastornos físicos aparezcan posteriormente como prueba de que aun el
conflicto emocional no ha sido resuelto definitivamente.
La opción planteada aquí no es otra que la de
intentar los cambios sustanciales en la propia vida de tal forma que le enviemos
mensajes claros y manifiestos a nuestro cuerpo y a nuestra mente que sí, que si
estamos dispuestos a transformar nuestra existencia y que para este caso en
particular, la carga que llevaremos sobre nosotros será aquella con la que nos
sintamos en condiciones de sobrellevar cómoda y libremente.
Inquietudes
Si ojala quedaron dudas e inquietudes a partir
de esta lectura no dudes en contactarme.
Manuel Arévalo
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